Terapia Familiar
Hay muchas razones por las cuales una familia puede buscar ayuda terapéutica: Dificultades en las relaciones familiares y cambios en la vida familiar; trastornos de conducta de los hijos, como problemas de atención e hiperactividad; salud mental de niños y adolescentes; dificultades para enfrentar la parentalidad y conyugalidad; apoyo a las familias que atraviesan un proceso de separación o divorcio; adopción o acogida de niños; trastornos emocionales de algún integrante de la familia como ansiedad, depresión y duelo; violencia intrafamiliar; cambios importantes en el ciclo vital (nacimiento de hijos, emancipación de los hijos, jubilación, cuidado de personas mayores/dependientes, duelo); anorexia, bulimia y otros trastornos alimentarios; abuso de alcohol u otras sustancias; procesos de inmigración y adaptación cultural; enfermedad física de algún integrante de la familia.
Desde mi perspectiva, la experiencia terapéutica familiar tiene como objetivo enfatizar el respeto por la diferencia, la singularidad y la curiosidad, reconociendo en primer lugar que las experiencias familiares son diversas y particulares (Familias con niños/adolescentes; Familias Ensambladas; Familias Homoparentales; Familias Monoparentales; Familias extensas, entre otras).
La terapia familiar, es una forma de psicoterapia en donde todos o algunos de los integrantes de una familia, de manera simultánea, son llamados a participar en la solución de sus problemas; reconociendo que el sufrimiento de uno de los integrantes de la familia, genera sufrimiento en todo el sistema familiar. Desde este ámbito, partimos del supuesto que la familia, como un todo, cuenta con los recursos para enfrentar y encontrar soluciones a sus dificultades de forma exitosa, con la ayuda del terapeuta, previo consenso de los objetivos a trabajar.
